Cuando usted abandona un animal porque ya no le sirve sus hijos aprenden la lección.
Quizás hagan lo mismo con usted cuando sea un anciano "piénselo".
Para cualquier peatón, ver perros y gatos en la calle es simplemente ver la fauna urbana. Nuestros ojos ya se acostumbraron a que parte del panorama de nuestras ciudades sea un perro hambriento, tirado en la acera, con un poco de sarna y esa mirada triste clamando vida.
Generalmente y como nueva modalidad, los dejan atados a una reja.

La raíz del problema no está en el animal, sino en la persona que lo abandona, desgraciadamente son el perro o el gato abandonados quienes pagan con sus vidas la irresponsabilidad de personas sin sentimientos.
Recuerda que la solución no es acabar con ellos, con lo que debemos acabar es con la costumbre de que los animales son objetos ¡La solución está en un cambio de conciencia!